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Dueño de nada
Ella tiene un dueño
que se cree dueño de toda ella,
de su boca, su mirada,
sus pensamientos,
de su fidelidad miedosa
su presencia entregada.
El se dice propietario
de sus besos,
de sus atenciones y deseos,
único poseedor
de sus risas, carcajadas,
su cuerpo y su alma enamorada.
Pero el no sabe,
que ya es dueño de nada...
Porque sus besos se han derramado en mis labios
queriendo desatar sus ataduras forzadas,
su boca me ha dicho palabras
que no están para nada obligadas.
Ella conmigo es libre
ella hoy abrió sus alas,
ella ama con el corazón, y su cuerpo,
hoy se entrega aventurado
sin temor ni resentimiento
a ser solo usado.
Quizás,
solo soy su amante,
no soy nada importante,
solo soy quien la escucha
quien pone atención a sus llamados
y valora sus instantes.
Soy quien besa sus lagrimas
quien ha probado el verdadero sabor de sus besos,
quien ha mirado en sus ojos
el color dulce de sus estados.
Soy quien escucha lo que piensa
quien piensa lo que de ella escucha,
soy su sonrisa diaria
soy su isla entre tanta agua.
Soy su amante, si...
El que hoy besa sus palabras,
el que la mira incesante
y respira en su cuello mientras la ama.
Soy yo quien la abraza fuerte
hasta sentir de su corazón los latidos,
esos que un día creíste tuyos,
y los abandonaste
hasta llegar a mis oídos.
Dueño de nada ya eres,
ya que hoy, ella ama libre,
y aunque la veas mañana,
su mente estará conmigo
así también
como su memoria en mi almohada.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos reservados
y copyright a nombre de Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2017
(29 Mayo 2017)
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